Llegó el 8 de febrero y aproximadamente 50 mil personas se dieron cita para escuchar al único e inigualable Luis Miguel.
Problemas de sonido desde el inicio, su falta de educación al no saludar ni agradecer la asistencia y el no cantar las canciones completas fueron las principales quejas de algunos asistentes.
Ya sabemos que Luis Miguel tiene su particular forma de ser, justificada o no, pero sus fanáticos resienten el poco esfuerzo por interactuar. Personalmente, creo que lo cortés no quita lo valiente, y ya esos desplantes de niño malcriado no le quedan bien. Debería aprender un poco de sus ídolos y mejorar en esa área. Al menos esta vez se notó más relajado cuando fallaba el sonido, y sonreía en casi todo momento.
A mí, «Mickey» me encanta: me parece una persona que ha pasado por tanto, y en cierta forma eso hace que uno le tolere sus «facetas», pero sin duda que canta hermoso y es un perfeccionista. Su don de la interpretación es algo indudable, y pareciera estar en una muy buena etapa de su vida. Aunque muchos le cobran el ser mal padre, según su ex, no es a mi parecer algo que tenga que ver con lo artístico… si vamos a descartar artistas por su vida personal, me imagino que nos quedaremos escasos.
Creo que la organización estuvo bien, algunas cosas por mejorar que me parecieron importantes:
- Decir la hora real de inicio del concierto
- El sonido
- La ubicación de las ventas de comida
- Mejorar la ubicación de los rótulos de las zonas VIP
- Pantallas más grandes
- Coordinar con MOPT para evitar el tránsito cuando las personas van saliendo, arriesgando ser atropelladas.
- Incluir alimentos Gluten Free ya que los que padecemos de alergias no podemos comer ahí y tampoco se permite ingresar con alimentos.
No sé si a los organizadores ya les comentaron estos detalles, pero sí sería bueno que mejoren; ellos me parece que son muy buenos en lo que hacen. Tal vez el que yo comprara mi entrada me da un poco más de objetividad.
A ustedes, ¿Qué les pareció?
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