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Una noche con Malpaís y Editus.

Nos escapamos a ver a dos de los mejores grupos del país, esos que te hacen sentir orgulloso de que sean ticos y que compartan nuestros 51.100 km2.

Aunque ya son super conocidos y tienen una gran trayectoria tanto dentro como fuera del país, verlos hacer música juntos no deja de ser algo impresionante y todo un lujo para el oído y alma.

A pesar de la sentida partida de Fidel hace ya 4 años, la cual,  como todas las partidas de seres importantes se trata de superar cada día,  pero nunca de olvida su legado, han seguido adelante para el deleite de todos los que amamos la música, esa música que te conecta con tus raíces y te hace latir el corazón más rápido, te puede hacer  pasar de las lágrimas a las risas, porque sólo ellos tienen esa magia.

Esa noche del sábado, con los vientos decembrinos que ya están iniciando, una vez más,  como si fuera la primera,  con la piel eriza disfrutamos de los 2 grupos que se acoplan con la complicidad que sólo los  maestros pueden tener, sólo con miradas se comunican y el ensamble es perfecto.

Ver entre todos los instrumentos una marimba, perfectamente ejecutada por el maestro Obregón, además de sacar de los más hondo nuestro sentir costarricense,  hace que meditemos en la importancia de que nuestros jóvenes vean que el folclore no es algo polo ni aburrido y nos da una clase de cómo integrarlo a nuestra música contemporánea para no dejar morir nuestra identidad. Nos urgen más músicos de esa categoría.

Es increíble como pueden sonar mejor en vivo que en los discos!!

No puedo referirme a alguno de ellos en especial porque todos son buenísimos en cada uno de los instrumentos que ejecutan, es así como juntos se convierten en ese lujo que uno se puede dar de vez en cuando en sus conciertos  o en mi caso a diario con sus discos.

Sin poses de divos y  con la humildad que sólo los grandes tienen, pudimos conversar con cada uno de ellos un ratito,  dejando claro que cuando se es no hace falta aparentar.

Como muchos saben me encanta apoyar el talento nacional en todas sus manifestaciones, en este caso, las palabras se me hacen pocas, no porque no tenga más cosas positivas que decir,  al contrario; es que  no hay más adjetivos que puedan lograr describir el orgullo, el asombro, el éxtasis que uno siente al ver a estos coterraneos  haciendo algo más  que tocar instrumentos, ellos tocan las fibras más profundas de nuestro corazón.

Para terminar sólo puedo decir GRACIAS!!!  y como homenaje a Fidel una de mis favoritas,  cuya letra es de Jaime Gamboa:

«Aunque ya no soy nada, como ves,
polvo soy porque polvo siempre fuí,
pero el polvo que soy huele a jazmín.»

Aplauso de pie!!

 

Celia Ureña L.